En realidad, se trata de la acera en frente suyo, y la calle que hay debajo, así como la multitud expectante y el edificio en llamas, son simplemente un truco que confunde al ojo (un ejemplo moderno de ”trompe l’oeil”, término francés que literamente significa “engañar al ojo”).
jueves, 18 de septiembre de 2008
Julian Beever
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